Quinta banderilla..........esta me ha dejado muy tocado.........
De nuevo me enfrento a varios retos esta vez; por
un lado a soportar los efectos de la quinta quimio y por otro, de plasmar algo
de ello en el teclado para que lo podáis leer; en verdad no se cual es mas
duro, la quimio esta vez a sido muy fuerte, añadiendo a esto el hecho de que
son acumulativas y poco a poco a conseguido el ir minando mis pocas reservas de
fuerza y sobre todo, las defensas de mi cuerpo.
A los pocos días ya empezaba a notar el sabor
metálico en la boca, pero esta vez ya estaba preparado, me hacía un suero que
me dijo una vez el médico de cabecera que sirve para reponer los electrolitos y
sales cuando tenemos diarrea y a mi me funciona, se hace con un litro de agua
fresca, el zumo de un limón, una cucharadita de café de azúcar, otra de sal y
otra de bicarbonato; también me sigue funcionando los zumos, mejor el de piña
sin azúcar, que además es diurética y me ayuda a ir a baño a hacer pis.
Pero a partir del quinto día, los efectos se
hicieron evidentes, ya me cansaba mucho y me agobiaba antes, pero ese día
(Lunes 31 de Mayo) me fui al campo y estando allí y viendo la cantidad y altura
de la hierba, no pude resistirlo y me puse con el recorta-setos eléctrico a
darle un pequeño repaso; pero al poco tuve que dejarlo, me agobiaba el peso de
la pequeña máquina, pese a la cantidad exigua de hierba que había cortado, me
parecía que hubiese cortado un campo de fútbol y a pesar de la tarde tan fresca
y buena que hacía, de lo bien que se estaba en el campo, tuve que guardar todo
y dedicarme a estar sentado en el porche, recuperar el aliento y beber agua
como si de un camello sediento se tratase.
Al día siguiente me
encontraba como si me hubiesen dado una paliza, cansado, sin fuerzas y sin
ganas de nada; apenas si cenaba ya que no tenía ganas de comer y me acostaba
temprano, agotado física y mentalmente y lo peor llegó el jueves; por la tarde
ya empezó a darme algo de fiebre, no llegaba a 38º pero ya se iba aproximando;
para remediarlo me tomaba un paracetamol de 1000grm y parece que al poco se iba
disipando; a la noche vuelta a lo mismo, no tengo ganas de cenar y si de beber
mucho líquido, zumo, caldo, sopa, puré o lo que fuese y acostarme; esa noche ya
empezaba el termómetro a marcar los 37,7º.
De madrugada, ya empiezo a
notar escalofríos, a tiritar en la cama, pese a estar tapado y tras ponerme a
intervalos de media hora el termómetro, este no bajaba de 38,3º; “jo….ya verás
si me toca ir a Urgencias y me ingresan” le comentaba a mi mujer; mientras el
tiempo pasaba y no sabía ya cómo y de que manera ponerme, no me podía tomar
otro paracetamol, ya que me tomé uno a las doce de la noche y no tocaba; sin
mas tardanza, tras vestirnos y hacer la cama, nos vamos a Urgencias del
Hospital.
Aquí empezó la odisea de
pinchazos, pruebas, sacarme sangre de cada brazo a diferente horario para
Hemocultivos y al final, me dan una mascarilla y me dicen que me vaya a un box
vacío y no me mueva de allí.
Al final de la mañana,
deciden ingresarme en una habitación con aislamiento total, mis defensas están
muy bajas y puedo coger cualquier cosa que pulule por el ambiente o que lleve
cualquiera que se aproxime a mí.
Los tres primeros días de
aislamiento fueron terribles, la habitación se cernía sobre mi con su pequeñez,
el estar todo el día con la mascarilla puesta (incluso durmiendo con ella), me
abrumaba la falta de contacto con las personas, las enfermeras entraban, se
colocaban toda la parafernalia que había que colocarse (mascarilla, bata verde
de papel por encima de su ropa, guantes y patucos) me colocaban los sueros o
tomaban la temperatura y tensión y se iban rápidamente, ya que decían que todo
eso puesto daba mucho calor y agobiaba; otro suplicio era la comida del
Hospital; jo, tan difícil es hacer una comida sana pero que no sea insípida y
tan incomible?, es una verdadera pena el ver como un muslo de pollo al horno
puede llegar a ser tan parecido a un trozo de madera, seco, sin apenas gusto,
sin jugo, insípido, allí se quedó; a los pocos días unos trozo de merluza
plancha les paso igual suerte, mira que es difícil dejar a un pescado sin
sabor, pero allí lo lograron, a pesar de su menestra, estaba seca, sin sabor a
nada, se hacía una bola insípida en la boca y me comí un trozo, el resto……pál
cocinero; había algunas cosa que estaban bien de sabor y estaban muy buenas,
los macarrones a la boloñesa, geniales; el jamón cocido con queso freso,
sublime; un día pedí emperador plancha con tomate y casi lloro de lo bueno que estaba,
con los tomatitos horneados, llenos de su caldito, el emperador estaba en su
punto y jugoso; me lo comí todo y rebañé el plato.
Pero aquí ya empezaba a
decirme mi mujer “comes poco…..no tienes mucha hambre” y yo a decirle “es que
está todo muy insípido, está seco y no me entra por los ojos y menos por la
boca” y empezar a dejarme parte de la ración.
A los tres días de estar
ingresado, deciden quitarme el aislamiento, pero con unas condiciones; que no
entre mucha gente, si están acatarrados o constipados, directamente que no
vengan; que no haya contacto físico con mi persona y que no estuviesen mucho
tiempo. Claro, esto es simple, estoy muy bajo de defensas y cualquier bicho que
lleve alguien me puede hacer la puñeta; por lo que empiezan a llegar gente con
cuentagotas, mi madre, mi hermana que viene de fuera, mi otra hermana que viene
de hacer rehabilitación todos los días, mi mujer, mis hijos………todo ello de
manera escalonada y a lo largo de los días; lo que hace que sea mas llevadero
el día a día; menos mal de que disponía de un pequeño portátil, de revistas que
llevó mi hermana, de la pequeña DS (que raticos mas buenos entre esta semanita
y los días de “quimio”) y de ver algo la tele (documentales casi todo y alguna
película, pero a precio de oro, un robo el hecho de ver la tele en el hospital).
Lento, muy lento, pausado
y sosegado, el tiempo se hace eterno, las horas son días; las noches, eternas;
pero poco a poco llega el Viernes y con el la buena noticia…….no hay ninguna
infección seria, el tratamiento de 7 días con antibióticos ha llegado a su fin
y me dan el alta………alegría enorme, me ducho, me afeito, espero a mi mujer que
llega pronto y tras comer el último menú, llegan los papeles con el alta y
salgo corriendo; paso por control, para ver si veo a las enfermeras y
despedirme de ellas; pero al no verlas, decido no esperar mas y no tentar a la
suerte de no coger nada que hubiese pululando por aquel pasillo y salgo del
Hospital; me hubiese gustado despedirme de ellas, de darles las gracias por sus
cuidados, de no irme sin mas, pero no pudo ser y me dio mucha rabia…..pero las
ganas de salir del Hospital pudieron conmigo.
Y de nuevo estamos en
casa, intentando coger fuerzas, de reponernos y de volver de nuevo a la rutina
en que se ha convertido mi vida, de dar pequeños paseos matutinos con mi
perrita, de comer y echar una pequeña siesta, de ver la tele, de estar un rato
en el ordenador con el correo y el Facebook, de rellenar algo mas las pocas
entradas que tengo en este blog; las rutinas de nuevo con las pastillas; y de
vivir cada día como si fuese uno nuevecito, recién estrenado, disfrutarlo,
saborearlo, de charlar con los amigos por teléfono, por la calle, de las
visitas en casa, etc.………
Me han dado una semana
para coger fuerzas de cara a la siguiente “quimio”, estoy muy anémico todavía,
apenas tengo ganas de comer, veo la comida y se me cierra el estómago, no me
entra nada y como a fuerza de reguñetes de mi mujer, lo que me apetece, fruta,
ensalada, zumos, etc……., eso si que me entra y lo voy picoteando; pero debo ir
subiendo de ganas, tengo que recuperar fuerzas y defensas, ya que esta “quimio”
que viene puede ser dura, muy dura y dejarme mucho peor que la anterior; pero
nada, hay que seguir en marcha, seguir andando y dar paso a paso; son gajes de
esta enfermedad y como tal hay que pasarlos; me queda esta “quimio” unas
pruebas de TAC y de la médula ósea y quizás, sólo quizás, ya hallamos llegado al final del camino………..o
no?.
Mientras, seguimos en camino, de nuevo…………..
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